Un derribo bien hecho no es cuestión de fuerza, sino de método. Antes de mover una sola máquina, hay que estudiar la estructura, planificar cada fase y asegurar el entorno.
En Soliman trabajamos con procedimientos claros: evaluación técnica, plan de trabajo aprobado, ejecución controlada y gestión responsable de residuos.
Si quieres conocer en detalle cómo realizamos este tipo de intervenciones, consulta nuestro servicio de derribos y demoliciones.
El objetivo es simple: máxima seguridad, cumplimiento normativo y eficiencia en tiempo y coste.
Derribar una edificación requiere mucho más que maquinaria pesada.
La seguridad empieza en la planificación
Cada proyecto implica un análisis previo, medidas de seguridad rigurosas y un control exhaustivo del entorno.
En Soliman, entendemos que una demolición bien planificada es la clave para evitar riesgos, reducir costes y garantizar un trabajo limpio, eficiente y respetuoso con el medio ambiente.
La experiencia acumulada en obras de diferentes tipologías nos permite adaptar cada intervención a las características del terreno, el tipo de estructura y las necesidades del cliente, cumpliendo siempre la normativa vigente y las exigencias de las autoridades competentes.
Etapa 1. Evaluación técnica del edificio
Antes de iniciar cualquier derribo, nuestro equipo técnico realiza una evaluación completa del edificio y del entorno.
Esta fase incluye:
- Análisis del estado estructural y materiales constructivos.
- Detección de posibles elementos peligrosos o contaminantes.
- Estudio de accesos y zonas de seguridad perimetral.
- Revisión de servicios conectados (electricidad, agua, gas).
Con esta información se define el método de demolición más seguro y eficiente, ya sea manual, mecánico o combinado. La prioridad es garantizar la seguridad de los operarios y minimizar el impacto sobre edificaciones colindantes.
Etapa 2. Elaboración del plan de trabajo
Una vez finalizado el estudio técnico, se redacta el plan de trabajo de demolición, documento obligatorio que se presenta a las autoridades para su aprobación.
Este plan establece:
- Los procedimientos de ejecución y cronograma de fases.
- El tipo de maquinaria y herramientas que se emplearán.
- Las medidas de prevención de riesgos laborales.
- Los protocolos de gestión de residuos y transporte autorizado.
- Los sistemas de control ambiental (ruido, polvo, vibraciones).
En Soliman, cada plan de trabajo se diseña de forma personalizada y cumple los requisitos del Reglamento de Seguridad en el Trabajo con Residuos y Materiales Peligrosos, garantizando la trazabilidad de cada actuación.
Etapa 3. Preparación del entorno y medidas de seguridad
Antes de iniciar los trabajos, se procede al vallado y señalización de la zona de obra, estableciendo un perímetro seguro. Todos los operarios disponen de EPIs homologados (casco, arnés, mascarilla, guantes, botas de seguridad y ropa reflectante), y se instalan sistemas de control de acceso y duchas de descontaminación cuando el proyecto lo requiere.
Además, se coordinan los transportes de material y residuos para evitar interferencias con el tráfico urbano y se delimitan zonas de carga y descarga seguras. Estas medidas minimizan el riesgo de accidentes y garantizan la eficiencia del trabajo.
Etapa 4. Ejecución controlada del derribo
Con el entorno preparado, comienza la fase de demolición propiamente dicha. Según el tipo de estructura, se emplean excavadoras, martillos hidráulicos o pinzas de demolición, siempre con operadores cualificados.
Durante esta etapa se realiza un control continuo por parte de un técnico responsable que supervisa:
- La secuencia de desmontaje y retirada de materiales.
- El control de polvo mediante sistemas de riego y nebulización.
- La estabilidad del terreno y las estructuras adyacentes.
- El correcto embalaje y etiquetado de los residuos generados.
Esta metodología permite trabajar con rapidez sin comprometer la seguridad ni el cumplimiento normativo.
Etapa 5. Gestión responsable de residuos
Una parte esencial del proceso es la gestión y transporte de residuos. En Soliman, todos los restos generados se clasifican según su naturaleza (escombros, metales, maderas, plásticos, residuos peligrosos) y se trasladan en vehículos autorizados hasta vertederos o plantas de tratamiento acreditadas.
Cada carga se acompaña de su documentación de trazabilidad y certificado de vertido, asegurando una gestión responsable y sostenible. Este compromiso medioambiental diferencia a Soliman dentro del sector de las demoliciones y refuerza la confianza de nuestros clientes.
Etapa 6. Cierre, limpieza y entrega final
Finalizados los trabajos, se lleva a cabo una revisión integral del área intervenida para confirmar que el terreno queda en condiciones seguras y limpias. Se retiran vallas, señalización y cualquier resto de materiales, dejando el espacio preparado para su nuevo uso o para la siguiente fase del proyecto.
El cliente recibe un informe final con toda la documentación técnica y medioambiental del derribo, certificando que la intervención se ha ejecutado conforme a la normativa.
Por qué elegir Soliman
Optar por Soliman significa confiar en una empresa que combina experiencia, profesionalidad y cumplimiento legal.
Estamos inscritos en el RERA, contamos con transportistas autorizados de residuos peligrosos y disponemos de un equipo técnico con formación en seguridad ambiental y demolición controlada.
Además, ofrecemos:
- Planes de trabajo personalizados para cada tipo de estructura.
- Atención directa y asesoramiento durante todo el proceso.
- Cumplimiento de plazos y precios competitivos.
- Compromiso con la sostenibilidad y el entorno.
Cada proyecto refleja nuestra filosofía: trabajar con rigor, transparencia y respeto por el medio ambiente.
La demolición de un edificio es una operación compleja que requiere precisión, técnica y una gestión impecable de los residuos. Con Soliman, puedes tener la tranquilidad de que todo el proceso —desde la planificación hasta la entrega final— se realiza bajo los más altos estándares de calidad y seguridad.
¿Tienes un proyecto de derribo pendiente?
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